EL FUTURO DE LAS TICS
El programa de formación para
estudiantes 'El Futuro de las TIC' es una iniciativa de Huawei España, que se
enmarca dentro del proyecto global de la compañía 'Seeds for the Future'. El
programa, que comenzó a desarrollarse en España en 2013, ha becado hasta el
2015 a un total de 45 estudiantes. En esta cuarta edición, 15 estudiantes
seleccionados recibirán una beca de una duración aproximada de dos semanas para
formarse en China donde podrán conocer in-situ el entorno dinámico y global de
Huawei en su país de origen, así como la cultura china. Ello aportará un valor
añadido a sus CVS a la hora de emprender un futuro profesional, una vez
finalizados sus estudios, al tiempo que les aportará una visión del
funcionamiento de una multinacional líder en el sector de Tecnologías de la
Información y Comunicación
¿QUE SE OFRECE?
Ofrecemos la oportunidad de
realizar un programa de formación en China durante dos semanas, en el mes de
julio, a estudiantes españoles de Ingeniería de Telecomunicaciones o Ingeniería
Informática. En el transcurso del programa, los estudiantes recibirán formación
sobre las principales tecnologías desarrolladas por la Compañía en su sede
central de la mano de los mejores profesionales de la industria, así como de la
estrategia de negocio y los valores de Huawei.
El programa, financiado en su
totalidad por Huawei, incluye una estancia formativa de una semana en julio en
la sede central de Huawei en Shenzhen (China), un curso de una semana de lengua
y cultura chinas en Pekín y una visita a Hong Kong. Los estudiantes
seleccionados viajarán a la sede central de Huawei en China, donde recibirán
una formación técnica en los departamentos más relevantes de la compañía.
LA EDUCACIÓN ACTUAL
“La educación no puede
equiparar a cada estudiante con un conjunto completo de perspectivas; es más,
estamos condenados al fracaso si intentamos hacer de cada joven un historiador,
un biólogo o un compositor de música clásica.” Howard Gardner: La educación de
la mente y el conocimiento de las disciplinas.
Hace ya algunos días se
publicó en algunos periódicos la historia de Jack Cator, un joven emprendedor
británico que ha creado una exitosa plataforma online. Este tipo de noticias
son habituales, pero ya no lo son tanto los titulares que se utilizaron en
algunos medios: El macarra que se hizo millonario por portarse mal en el
colegio (El Confidencial), La historia del joven británico que se hizo
millonario por no atender en clase (ABC), El joven que se hizo multimillonario
por portarse mal en el colegio (BBC). Resulta cuanto menos curioso que
“portarse mal en el colegio” y “no atender en clase” se insinúen como claves
del éxito de Jack. Sin duda, corren malos tiempos para la escuela.
Pensando sobre ello, recordé
lo que dicen sobre la educación algunos de los grandes pensadores de nuestros
días: Robinson, Bauman, Gardner, Gerver, Wagner, Tough… todos ellos coinciden
en que algo no funciona en la educación que ofrecemos en nuestras escuelas.
Esto me ha motivado a
recopilar en este artículo algunas de las cosas que no funcionan en la
educación escolar, algunos de los problemas que considero más significativos
para entender qué es aquello que deberíamos cambiar para ofrecer una educación
en nuestras escuelas que dé respuesta a las necesidades reales que tienen
nuestros niños y jóvenes para sobrevivir en un mundo tan inestable como el
actual y como el que se encontraran en un futuro incierto.
Un primer problema a comentar
es el hecho de que los sistemas educativos dependen de los cambios políticos.
En la mayoría de nuestros países, cada cambio de gobierno conlleva un cambio en
el sistema educativo. Esto provoca que se encadenen reformas de las leyes
educativas que tienen como principal consecuencia currículos inabarcables y
cambios metodológicos sin sentido que, además, casi nunca van acompañados de la
formación necesaria para los docentes.
“La educación debería considerarse un viaje de descubrimiento.
Debería estimular las llamas de la imaginación y encender el fuego de la
curiosidad. Sin represión Hay que cambiar los estereotipos impartidos desde el
hogar para que en la escuela no sea necesario el regaño y el castigo” (Armando
Marmolejo)
Hacia los 3 años de edad
empieza una de las etapas más interesantes de nuestra vida: la etapa de la
preguntas. “¿Por qué?” se convierten en las palabras más empleadas por los
niños y niñas ávidos de saciar su curiosidad, por saber cómo funciona el mundo:
¿Por qué brilla el Sol? ¿Por qué no se caen las estrellas? ¿Por qué el agua
moja? ¿Por qué no tienes pelo en la cabeza, papá?…
Los niños necesitan descubrir
el mundo, ordenar y dar una explicación razonable a lo que les rodea, conocer
los motivos de las cosas… y esa es una actitud que jamás deberíamos perder.
Aunque hay que reconocer que es difícil para los adultos aguantar la intensidad
de las preguntas de los niños, es importante que les apoyemos y que
favorezcamos que puedan buscar por si
mismos algunas de las respuestas que tanto anhelan.
“No sé muy bien por qué la
escuela es un lugar donde la curiosidad y la creatividad se transforman en
monotonía y memorización. Lo que sí sé es que debemos trabajar para cambiar el
hecho de que ir a la escuela es una obligación y un sacrificio para los
chavales (y para los adultos) y conseguir que la escuela sea un lugar donde los
alumnos (y los docentes) quieran ir y disfruten aprendiendo y enseñando en
ella.” En cada clase el educando debe expresar sentimientos ideas, emociones
Sin Represión que exista diversión en el aula de clase Esto constituye el
enfoque moderno de la educación no tener educandos maniatados donde se limite
su capacidad cognitiva y cognoscitiva
La historia de la vida escolar
de muchos alumnos podría llevar por título La historia del niño que quería
aprender pero tenía que aprobar. Si nos preocupamos por conseguir que aprender
y aprobar sean una misma cosa, estaremos haciendo de la escuela un lugar
privilegiado para formar personas que sean capaces de transformar el mundo en
un lugar mejor.
De algún modo, deberíamos
poder mantener durante toda la vida el espíritu de la etapa de las preguntas,
que la curiosidad fuera el motor permanente de nuestro aprendizaje. Así
seríamos adultos capaces de adaptarnos a las exigencias de un mundo cambiante.
Un adulto que conserva la capacidad de hacerse preguntas para entender cómo
funciona el mundo es un adulto creativo e innovador, capaz de proponer ideas y
ofrecer soluciones que a nadie se le habían ocurrido antes